domingo, 23 de mayo de 2010

Dedicado a un amigo, compañero, Paisano...Angèl






No te pares al lado de mi tumba y solloces.

No estoy ahí, no duermo.
Soy un millar de vientos que soplan y sostienen las alas de los pájaros.
Soy el destello del diamante sobre la nieve.
Soy el reflejo de la luz sobre el grano maduro,
Soy la semilla y la lluvia benévola de otoño.
Cuando despiertas en la quietud de la mañana,
Soy la suave brisa repentina que juega con tu pelo.
Soy las estrellas que brillan en la noche.
No te pares al lado de mi tumba y solloces.
No estoy ahí, no he muerto."

Poema Cheroqui

Oración

    Unámonos ahora en el Espíritu del Pensamiento.
    Espíritu de la Vida y Compañero nuestro al final de la vida, acompáñanos.
    Cuando la pena nos invada, aceptémosla. Como una parte de la vida.
    La angustia, al igual que el éxtasis, no perdura.
    Estamos aquí reunidos porque amamos a Mary Alice.
    Hoy celebramos su vida y su espíritu;
    no sólo quién era sino lo que su vida significó, ayer y para siempre.
    Concédenos que cada uno de nosotros pueda atesorar un recuerdo
    que podamos llevar en nuestros corazones, como una llama, un acompañante en nuestra oscuridad.
    Nos hemos reunido para recordar cómo era Mary Alice, de toda la vida
    y hasta unas semanas atrás.
    Confío en que estén de acuerdo conmigo cuando digo que aún en tiempos de tristeza hay lugar para la risa.
    Algunas personas tratan de amarrarse a la alegría
    y al así hacerlo la encadenan más que una prisión.
    Pero recordemos lo que dijo William Blake:
    "Ella besó la alegría en su fugaz aleteo y vivió en el alba de la eternidad."
    Recordemos que la alegría que surge del amor y la amistad
    permanecen con nosotros.
    Es a través de cada uno de nosotros que su recuerdo vive y que aquello en lo que ella creía seguirá vigente.
    Que recordemos bien su sonrisa, su compañía,
    sus conversaciones, su
    vida.
    Que así sea. Bendita sea.